MS Trollfjord: construido en el 2oo2 tiene una eslora de 135,75 metros, nueve pisos y 3o4 camarotes.
MS Kong Harald: construido en 1993 tiene una eslora de 121,8 metros, siete pisos y 227 camarotes.
El cambio se ha notado, mucho. El Trollfjord era a todo lujo, con más estilo...
El Kong Harald, sin que se pueda decir que es cutre tiene un toque caduco, de decoración rancia, lujosa en su día pero pasada hoy. Se le notan los años en las marcas del suelo, en lo gastado de las moquetas, en lo descolorido de las tapicerías, en algunos elementos decorativos rotos que no se han molestado en arreglar o cambiar. Mientras que el Trollfjord todo estaba nuevo, maderas pulidas y brillantes aún, decoración más modernita, moquetas sin raer y con motivos de frailecillos, en los camarotes, bastante apropiados.
En el Trollfjord las chicas de recepción eran jóvenes y guapas, aquí tenemos a un señor con barba y a una mujer mayor con corte de pelo militar. Creo que la media de edad de los pasajeros también es mayor aquí que en el otro, se ven muchas muletas y muchos andadores. He visto a una pareja joven, a las dos darketas, a un oriental de veintipocos y media docena de parejas de treinta y tantos o cuarenta con sus hijos. Lo demás son todo jubilados. En el Trollfjord también eran mayoría pero parece que lo notaba menos.
Este barco, a veces, tiene traqueteo, con cada movimiento provocado por el mar todo tiembla y vibra, me recuerda más al tren que a otra cosa.
Los ascensores del Trollfjord, de cristal, subiendo por un espacio abierto, diáfano no tienen nada que ver con el Kong Harald, en el que los techos parecen más bajos y las zonas del centro, al no tener claraboya son más oscuras.
¿Me he quejado lo suficiente?
Si se me ocurren más cosas, o descubro otras nuevas os lo cuento.
MS Kong Harald: construido en 1993 tiene una eslora de 121,8 metros, siete pisos y 227 camarotes.
El cambio se ha notado, mucho. El Trollfjord era a todo lujo, con más estilo...
El Kong Harald, sin que se pueda decir que es cutre tiene un toque caduco, de decoración rancia, lujosa en su día pero pasada hoy. Se le notan los años en las marcas del suelo, en lo gastado de las moquetas, en lo descolorido de las tapicerías, en algunos elementos decorativos rotos que no se han molestado en arreglar o cambiar. Mientras que el Trollfjord todo estaba nuevo, maderas pulidas y brillantes aún, decoración más modernita, moquetas sin raer y con motivos de frailecillos, en los camarotes, bastante apropiados.
Mi camarote en el Trollfjord era espacioso, grande con sitio para moverse, la cama, un sofá una silla, una mesa y un escritorio. Sin embargo aquí tengo un cuartito pequeñajo en el que apenas hay espacio si abres la puerta del armario no puedes abrir la del baño o la del camarote; aquí tengo ventana pero para lo que me sirve, tengo pegados los botes salvavidas y no veo nada. En el otro tenía tele, aquí no; no es que viese mucho la tele pero los canales del barco, uno con la cámara del puente mando y otro con un mapa de por dónde íbamos navegando, eran útiles. El baño también era más grande y no se inundaba al ducharse como me ha pasado hoy que cuando he descorrido las cortinas he visto unos dos centímetros de agua cubriendo el suelo: el movimiento del barco lleva al agua en dirección contraria al sumidero así que me ha tocado achicar agua si quería poder utilizar el servicio sin tener que hacerlo en bañador.
Aquí no hay jacuzzis, ni a cubierto ni a descubierto, sí que hay sauna pero aún no la he probado.En el Trollfjord las chicas de recepción eran jóvenes y guapas, aquí tenemos a un señor con barba y a una mujer mayor con corte de pelo militar. Creo que la media de edad de los pasajeros también es mayor aquí que en el otro, se ven muchas muletas y muchos andadores. He visto a una pareja joven, a las dos darketas, a un oriental de veintipocos y media docena de parejas de treinta y tantos o cuarenta con sus hijos. Lo demás son todo jubilados. En el Trollfjord también eran mayoría pero parece que lo notaba menos.
Este barco, a veces, tiene traqueteo, con cada movimiento provocado por el mar todo tiembla y vibra, me recuerda más al tren que a otra cosa.
Los ascensores del Trollfjord, de cristal, subiendo por un espacio abierto, diáfano no tienen nada que ver con el Kong Harald, en el que los techos parecen más bajos y las zonas del centro, al no tener claraboya son más oscuras.
¿Me he quejado lo suficiente?
Si se me ocurren más cosas, o descubro otras nuevas os lo cuento.
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