Antes de acartonarme del todo, de apolillarme de estar metido en casa sin hacer nada decidí salir. Me quité las telarañas que ya empezaban a cubrirme, metí una chaqueta en la mochila, una botella de agua y una pieza de fruta, por si me entraba hambre y me fui de tur, como dicen por aquí. Salí a las 18.oo de la tarde y llegue a las 21.oo. No está mal, ¿no? Tres horitas andando por el monte; teniendo en cuenta que llevaba encerrado en casa ni sé la de tiempo que hace...
No vi ningún alce, pero les debí andar cerca, en una charca había marcas y excrementos que, sin llegar a comprobarlo, parecían recientes (aunque igual lo parecían sólo por la humedad próxima) lo más que vi fueron pájaros: gorriones, gaviotas, cuervos... Y paisaje, eso sí, mucho paisaje.En la isla hay una carretera principal que la atraviesa, por mi lado de la isla ya había echo un par de caminatas pero al otro lado, en el que están las montañas, no. Así que allí me fui y llegué a un brazo del fiordo. Mejor lo veis a que os lo cuente:
(Esta última es un lago, no es el fiordo aunque están casi pegados.)
3 comentarios:
Me he levantado de la cama pensando qué tal estarías, me alegra ver que has salido a reconciliarte con el mundo exterior. No se suben las fotos? pues mejor! asi nos las enseñas cuando nos veamos en pucela o en otro sitio. Un beso!
beatriz
-dios mío- qué fotos, es un gustazo que te regalaran aquella cámara.
beatriz
Afortunado tu... si yo te contara...
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